217 años del Ing. Ilustre de Venezuela: Antonio José de Sucre
*En este nuevo aniversario, la comunidad universitaria del Vice-Rectorado Puerto Ordaz rinde un merecido homenaje, en cortas líneas, al ejemplo de juventudes y epónimo de nuestra institución.
Antonio José de Sucre nace en Cumaná, Venezuela, el 3 de febrero de 1795. Sus padres fueron José Antonio Sucre Urbaneja y Manuela de Alcalá, quien murió cuando él tenía siete años de edad. Durante su adolescencia es enviado a Caracas al cuidado de su padrino, el presbítero Antonio Patricio de Alcalá, arcediano de la Catedral. Allí inicia sus estudios de Ingeniería Militar en la Escuela de José Mires.
Antonio José de Sucre se convierte en un individuo clave del proceso mediante el cual se resuelve definitivamente la independencia en América del Sur, pero también su actuación pública lo colocará en el epicentro de las discordias y enfrentamientos que agitan la dinámica política de las entidades recién nacidas a la independencia.
Sucre destacó en todos y cada uno de los cargos y responsabilidades que tuvo como Soldado, estadista, diplomático, congresista, presidente de la República de Bolivia, fundó periódicos, universidades, cortes de justicia y diseñó leyes.
La victoria militar alcanzada en Ayacucho, aun cuando solventa una de los objetivos de la campaña: expulsar a España de la América del Sur. No logra resolver la inestabilidad y la división política en el Perú. El resultado del triunfo tiene, entonces, un paradójico resultado, por una parte consolida la independencia de América, pero por otra parte, abre las compuertas de lo que será un episodio mucho más complejo que la victoria militar, el de la construcción de la paz.
“La vida de Sucre fue un luchar continuo. Combatía contra las fallas humanas, contra los elementos, contra las distancias. Su preocupación por los servicios, por la eficiencia administrativa, llenó muchas de sus horas. Fue indoblegable en su actitud vigilante por la probidad. Castigaba sin vacilar, con rigor extremo, crímenes, vicios y corruptelas, pero fue magnánimo con enemigos y adversarios vencidos. Sobre todo resaltan en Sucre sus conceptos del patriotismo americano, del honor, de la gratitud y la lealtad. En la última carta de Antonio José de Sucre a Simón Bolívar, escrita en Bogotá el 8 de mayo de 1830, consta "...el dolor de la más penosa despedida...", y así de su propia mano escribe: "No son palabras las que pueden fácilmente explicar los sentimientos de mi alma respecto a Vd.: Vd. los conoce, pues me conoce mucho tiempo y sabe que no es su poder, sino su amistad la que me ha inspirado el más tierno afecto a su persona. Lo conservaré, cualquiera que sea la suerte que nos quepa, y me lisonjeo que Vd. me conservará siempre el aprecio que me ha dispensado. Sabré en todas circunstancias merecerlo. Adiós, mi general, reciba Vd. por gaje de mi amistad las lágrimas que en este momento me hace verter la ausencia de Vd. Sea Vd. feliz en todas partes y en todas partes cuente con los servicios y con la gratitud de su más fiel y apasionado amigo" (José Luís Salcedo Bastardo. Información tomada de: Diccionario de Historia de Venezuela. 2da Edición. Caracas: Fundación Polar, 1997)