La Geometría lo es todo
La Teoría de la Relatividad General de Albert Einstein cumple cien años.
Desde su fundación en 1700, la Academia Prusiana de las Ciencias ha tenido su sede en Berlín y ha sido siempre un foro de debate sobre ideas científicas y novedosas, junto a problemas sin resolver. Convocaba unos premios para estimular las soluciones a esos problemas y cada dos años otorga la prestigiosa Medalla Helmholtz para premiar toda una trayectoria científica. Entre los miembros destacados de esta institución cabe señalar a Euler, Mostesquieu. Diderot, Kant, Planck, Helmholtz y Einstein, entre otros.
El 25 de noviembre de 1915, en plena Primera Guerra Mundial y mientras Europa se desangraba por los cuatro costados en una auténtica guerra de desgaste, Albert Einstein presentó ante la Academia Prusiana un artículo que servía como fundamento a su Teoría de la Relatividad General, en el que aparecían sus ecuaciones de campo gravitatorio y en el que modificaba la hasta entonces aceptada teoría gravitatoria del mismísimo Isaac Newton. Desde los trabajos de Newton la interacción entre dos masas se había descrito mediante una fuerza de atracción entre ambas, un campo gravitatorio que permea completamente el espacio tridimensional en el que las dos masas se encuentran.
Einstein propuso que la interacción gravitatoria se pone de manifiesto de una manera diferente, de una forma puramente geométrica, mediante la modificación de la propia esencia y forma del espacio-tiempo. Es decir, es el propio espacio cuatridimensional el que debido al campo gravitatorio sufre un cambio en sus propiedades intrínsecas y varía su geometría (que deja de ser euclídea), pasa de ser plano a tener deformaciones a causa de la presencia de materia, valles por los cuales las partículas se ven obligadas a transitar. Las partículas masivas sufren la interacción por la deformación del espacio-tiempo.
La nueva teoría de Einstein suponía un cambio radical de enfoque, una nueva ley de la gravitación que modificaba y corregía a la Ley de la Gravitación Universal que tan brillantemente había establecido Isaac Newton casi doscientos cincuenta años antes. Ni antes ni después de Einstein nadie ha formulado una teoría física tan innovadora y tan distinta de las anteriormente existentes como la Teoría de la Relatividad General (TRG). Además, y como consecuencia de la TRG, han ido apareciendo ideas muy novedosas y tremendamente atractivas y adictivas (agujeros negros, modelos cosmológicos, ondas gravitacionales, agujeros de gusano, multiversos,…), pero no hay ninguna teoría radicalmente nueva.
Rechazo entre la comunidad científica
Un año antes, en 1914, Einstein se había trasladado a vivir de Zúrich a Berlín donde, posteriormente, en 1919 se divorció de su esposa Mileva después de once años de matrimonio y dos hijos en común, Hans Albert y Eduard, para casarse con su prima Elsa Einstein tres meses después. Debido bien a su origen judío o bien a que la TRG se basaba en la no existencia de un sistema de referencia absoluto; la comunidad científica de la época, fundamentalmente alemana de origen ario, no aceptó la TRG y tuvo importantes detractores como los físicos alemanes Stark y Lenard. Pero las evidencias científicas fueron confirmando, lenta y testarudamente, ese magnífico ejercicio de intuición física que Einstein nos regaló hace justo un siglo.
El 28 de noviembre de 1919, después de que los resultados del eclipse de Sol del 29 de mayo confirmaran una de las predicciones de su TRG sobre la curvatura de un rayo de luz al pasar cerca de una cuerpo masivo como el Sol, Einstein escribió sobre su TGR en The London Times: «El atractivo fundamental de la teoría radica en el hecho de que es completa desde el punto de vista lógico. Si una sola de las conclusiones que se extraigan de ella resultara ser errada, tendremos que abandonarla, pues modificarla sin destruir toda su estructura parece ser imposible».
Con la presentación en la Academia Prusiana de la Teoría de la Relatividad General el 25 de noviembre de 1915 la Física alcanzó su máxima perfección y la carrera científica de Einstein su punto más alto. Pocos años después la Mecánica Cuántica empezaba a establecerse y al final también fue aceptada. Sin embargo, todavía falta poder lograr la unificación de ambas teorías, integrar la Gravitación y la Cuántica en lo que sería la Gravedad Cuántica. Esperemos que se logre en un breve espacio de tiempo.
Fuente informativa: ABC / Ciencia
Enrique Arribas Garde y Augusto Beléndez Vázquez Uclm y Ua. Real Sociedad Española de Física
Fecha de consulta: 15/05/2017