Un dron no es un juguete
La proliferación de los drones en los últimos tiempos ha provocado la necesidad de establecer un marco jurídico que regule su utilización.
Hace unos años asociábamos estás pequeñas naves a labores del ejército, sin embargo, su uso ha crecido exponencialmente, y debido a la democratización de su precio, tener uno de estos aparatos está al alcance de cualquier persona. Está claro que deben ser utilizados con prudencia, teniendo en cuenta las pautas establecidas por la AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea). Este organismo sólo regula el uso de drones de hasta 150 kg, a partir de ese peso, será necesario acogerse a la normativa europea que establece la EASA (European Aviator Safety Agency).
Drones con fines profesionales
Es importante recalcar que para utilizar los drones con fines profesionales, es necesario sacarse el carnet de piloto de estas naves, que consta de una parte teórica, una práctica y un examen médico. Al igual que ocurre con otros cursos, es fundamental cerciorarse de que el lugar donde se va a realizar cuenta con un certificado de la AESA, lo que acreditará que el carnet será oficial. El curso básico permite pilotar drones de hasta 25 kg, mientras que con el avanzado se puede superar esta cifra.
Los usos profesionales que puede tener un dron son muy amplios, y muchos han ayudado en tareas que para el ser humano serían imposibles, como es el caso de la catástrofe nuclear ocurrida en la central japonesa de Fukushima, en el que se utilizaron los drones para grabar los gravísimos daños que se produjeron. En zonas como Sudáfrica, están siendo muy efectivos para mantener a raya a los cazadores furtivos; sobrevuelan los parques y reservas naturales para descubrir a estos traficantes de animales. También son muy utilizados en labores de rescate y de vigilancia, por ejemplo en el caso de los incendios forestales.
Hoy en día ya es común utilizar estas mini naves para la grabación de spots publicitarios o la toma de imágenes en eventos de todo tipo, como ocurrió en el mundial de Brasil. Incluso en países como China, ya se han empleado como repartidores de diferentes productos.
Drones con fines lúdicos
Hacerse con un dron es tarea fácil. Si lo que se quiere es usarlo con fines lúdicos no será necesario sacarse la licencia de piloto, eso sí, es primordial tener en cuenta las restricciones que existen y usarlos con precaución, puesto que un dron no es un juguete. Sólo se podrán pilotar drones de hasta 25 kg y sin sobrepasar los 120 metros de altura. Los dueños de uno de estos aparatos deben de tener muy en cuenta que bajo ningún concepto pueden volarlo de noche, ni en zonas que estén pobladas, y por supuesto, no poner en riesgo a terceras personas. La legislación es muy clara en cuanto a estas restricciones, sancionando con multas en caso de su incumplimiento, de hasta 225.000 euros.
Por eso, ante la proliferación de estos vehículos aéreos no tripulados, es importante ser responsables y cautos acatando las normas de la EASA a rajatabla. No se pueden utilizar a la ligera, ya que pueden acarrear fatales consecuencias.
Fuente informativa: Muy Interesante / Marie Perod, masqueapple.com
Fecha de consulta: 07/07/17